Francisco de Asís

Francisco es un joven despreocupado y aficionado a las juergas con los amigos. Sin embargo, cuando contempla el sufrimiento, las injusticias y los horrores de la guerra, decide cambiar de vida e imitar a Cristo, a pesar de la incomprensión de sus padres y el escándalo de sus paisanos. En adelante vivirá según las enseñanzas del Evangelio, practicando la humildad y la caridad, convencido de que ésas son las armas que pueden cambiar el mundo. Lo siguen algunos compañeros y, con la ayuda del cardenal Colonna, consigue que el papa Inocencio III apruebe la regla de la nueva orden religiosa. Se dedican con éxito, a la predicación. Clara se une a ellos y funda una comunidad femenina en San Damián, pero, al cabo de los años, cuando los frailes se cuentan por centenares, hay quien pide normas de vida más concretas. Entonces Francisco delega la autoridad de la orden en fray Pedro Cattani y se retira con fray León a Fontecolombo, para redactar una nueva regla que algunos frailes consideran demasiado áspera. Francisco se deprime y Clara lo anima. Gravemente enfermo y casi ciego, viendo llegar su hora, pide que lo pongan desnudo en el suelo y muere.